A la memoria de los desaparecidos.
y empiezo a amarte con toda mi piel.
y escarbo hasta abrazarte
y me sangran las manos
pero qué libres vamos a crecer
Y rasguña las piedras,
y rasguña las piedras.
y rasguña las piedras hasta mí.
Sui Generis, “Rasguña las
piedras”
Libertad. Camino a la libertad. Es una palabra tan hermosa y
bella. Pero a veces parece inalcanzable. Libertad de prensa murmuran los
periodistas. Libertad para vivir, comer y trabajar gritan los pobres. Noche de
domingo, el cielo estaba totalmente oscuro. Los piratas, los “lechuzeros”,
taxistas informales recorren las calles de la fría, desolada y gris ciudad de
Ipiales. Unos hombres abordan un taxi de estos. Se dirigen a un lugar apartado,
desolado, un lugar donde dios está distraído. Maldito taxista, le dicen, le
atan las manos hacía atrás. Lo insultan. Acto final: una bala en la cabeza.
Sólo trabajaba. Esposa y dos hijos. Viuda. Huérfanos. Los asesinos, miembros de
las mafias que incluyen, narcos, paramilitares y sicarios. Culpables, sí. Pero
su existencia deviene de encontrarse en un mundo desigual en un país saqueado y
en un departamento abandonado.
Pide pan y te darán bala. Trabaja y te darán bala. Defiende
tus derechos y tendrás cárcel y después bala. Destapa la verdad y te destaparán
los sesos. La verdad no es gris, es roja. Sangre a la madre tierra, lágrimas al
mar, pero llovizna sudor.
Argentina, 1976, 16 de septiembre. Sale del gobierno
represivo y asesino de Isabelita Perón, el cual respetaba alguito de libertad y
entra la descarnada cuarta dictadura de los odiados milicos. Los estudiantes lucharon
una reivindicación básica como era el bono estudiantil (libertad de estudiar), estaban
asediados y perseguidos por los polizontes del Estado, de la junta de militar.
Estudiantes llenos de vitalidad, esperanzas y un poco de idealismo, pero con
justa razón.
Como peones, lavados el cerebro con toda la porquería de la
sociedad injusta, policías y milicos torturan a estudiantes y opositores de la
junta militar. Violación a mujeres. Los desnudan y les dan descargas
eléctricas. La tortura se vuelve cotidianidad. Son sólo estudiantes de
secundaria a quienes no les alcanzaba ni para libros. Encarcelados, ya no les
alcanzan las lágrimas para soportar el dolor. También detienen a unos cuantos
guerrilleros, irresponsables e idealistas, no por luchar por la justicia, sino
por no medir cómo sus actos afectan al pueblo por el que luchan espontáneamente,
queriendo ser héroes solitarios. El pueblo no necesita héroes solitarios, sino
dirigentes que lo organicen. El pueblo es él heroico.
En Argentina hubo dictadura acompañada de desaparecidos,
muertos y amenazados por el Estado, por ocurrírseles un país mejor, un país más
justo. Por eso todo el que tenga tripas, corazón y la sangre roja, debe sentir
el profundo sentimiento de rabia frente a los que asesinan injustamente, odio
frente a los que ostentan el poder en contra del pueblo. Es lo que genera la
película, La noche de los lápices, profunda
rabia. Empuñar el puño, que se crispe la carne y que la mente se transforme y
transforme.
matan a pobres corazones,
matan a pobres corazones.
En esta sucia ciudad no hay que seguir ni parar,
ciudad de locos corazones,
ciudad de locos corazones... “
matan a pobres corazones.
En esta sucia ciudad no hay que seguir ni parar,
ciudad de locos corazones,
ciudad de locos corazones... “
Fito Páez, “Ciudad de pobres corazones”.
Actualmente Colombia vive un período de euforia ilusoria, de “democracia”
donde se consolidan las instituciones estatales y los grupos guerrilleros están
a punto de darse vía libre para entrar en esas instituciones. Pero, hay
desplazados en el Chocó por enfrentamientos de bandas criminales
(paramilitares) y fuerza pública, el salario es una miseria, los impuestos
suben, la justicia es un asco y nos emboban con Colmenares, en Cauca y en todo
lado los indígenas y campesinos siguen sin tierra y pidiendo justicia social. También
tenemos desaparecidos y amenazados. En Ipiales asesinan a los taxistas
informales, la policía no hace nada; han sido endulzados por las mafias. El
congreso nido de ratas. El Palacio de Nariño casa de un rey asesino y en Nariño
la miseria y la violencia nos asolan.
Libertad. En cuantas bocas no merece estar esa palabra. Dicen libertad pero mandan el fúsil en contra de las mayorías, del pueblo trabajador. Libertad, loca libertad.
Libertad. En cuantas bocas no merece estar esa palabra. Dicen libertad pero mandan el fúsil en contra de las mayorías, del pueblo trabajador. Libertad, loca libertad.
no me veras arrodillado, no me veras arrodillado”.
Fito Páez, “Ciudad…
Pero aun así sigo soñando con ella, con acariciarla y vivirla
junto a todos. Que un día se instaure la libertad para todos. Necesita mucho
trabajo, esfuerzo. Pero hay que seguir creyendo, porque un hombre sin fe patina
en el mismo lugar, no avanza. Y otra vez vengo a ofrecer mi corazón, aunque me
lo rompan otra vez.
“Quién dijo que todo está perdido
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevó el rio
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil, ya sé que pasa
No será tan simple como pensaba
Como abrir el pecho y sacar el alma
Una cuchillada del amor”.
Yo vengo a ofrecer mi corazón
Tanta sangre que se llevó el rio
Yo vengo a ofrecer mi corazón.
No será tan fácil, ya sé que pasa
No será tan simple como pensaba
Como abrir el pecho y sacar el alma
Una cuchillada del amor”.